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1935. Lucía es la hija pequeña de una familia acomodada, sumida en el luto por la muerte prematura de su primogénito. Desde niña muestra un talento especial para la pintura y un carácter reticente a cumplir con el rol adjudicado a las mujeres de su época.

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SINOPSIS

Durante la inauguración de las pinturas murales realizadas por Gustavo de Maeztu, Lucía conoce a María de Maeztu, directora de la Residencia de Señoritas de Madrid, centro destinado a fomentar la enseñanza universitaria en las mujeres. De la mano de María, se sumerge en el universo creativo de las mujeres de la Generación del 27. Lucía planea recibir clases el año siguiente en la Academia de Bellas Artes de San Fernando y realizar la carrera de maestra, para obtener el beneplácito de su familia. 

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CARTA DE MOTIVACIÓN DE LA DIRECTORA

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“El abrazo” es la última obra pictórica de Lucía: el reflejo del abrazo entre una madre y una hija. Representa el abrazo generacional entre las mujeres educadas en la aceptación de su rol doméstico como madres y esposas y las jóvenes que durante la Segunda República, comenzaron a soñar con adquirir derechos y espacios otorgados hasta entonces únicamente a los hombres.
 
La película pretende reconocer a las mujeres de la Generación del 27: pintoras, escritoras, poetas… con nombre y apellidos, que la historia ha condenado al ostracismo y el olvido, frente al reconocimiento de sus compañeros varones. El cine y la literatura se han detenido a retratar en numerosas ocasiones la Residencia de estudiantes destinada a los hombres, cuyos nombres y obras gozan de la popularidad y el reconocimiento público. Pero poco o nada han dedicado a esta otra Residencia en la que participaron como alumnas o profesoras: María Zambrano, Maruja Mallo, Victoria Kent, Helena Sorolla, Zenobia Camprubí, María Goyri o Concha Méndez, entre otras.

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